Dicen que la felicidad sólo es alcanzable si eres dueño de tus propias acciones. Para ser feliz, hay que primero ser libre, o al menos sentirse libre en el día a día.
Quizás fuera eso lo que ansiaban los ciudadanos de a pie que un día decidieron cambiar sus vidas y convertirse en reyes o princesas de sus propias micronaciones. Sí, estamos hablando de estados independientes como éstos, que aunque parezca mentira siguen vivitos y coleando (física o virtualmente) sorteando los escollos del mundo moderno como si nada.
Aquí dejo un vídeo sobre la interesante historia de Sealand, una de las micronaciones más conocidas y duraderas (aunque ahora está a la venta – el príncipe Michael pasa ya un poco del rollo de vivir aislado en alta mar).
Y aquí una entrevista con Jody Shapiro, director del documental 'How To Start Your Own Country".
Como el humorista británico Danny Wallace ya comprobó en 2005 (trailer de la serie aquí, web aquí), la tarea de crear un país independiente no es fácil. Pero si aún así quieres probarlo, sólo tienes que buscar tu trocito de tierra, plantar tu bandera, declararte tú mismo el Rey, manifestar tu independencia y conseguir que otro estado te reconozca como tal. A partir de aquí todo es cuestión de marketing: diseñar tus sellos postales, crear una moneda propia, componer un himno y estampar pasaportes con el nombre de tu estado. Espera recibir solicitudes de ciudadanía, y a crecer.